Amance con 1000 heptopascales (amo esa palabra), desayuno con toda la puerta abierta del patio, me siento en la compu, procedo a leer el diario y a terminar de bajar un programa.
Baño relampago y walking to pilates.
Pienso en la suerte que tengo de poder hacer eso, dedicar la mañana a lo que me venga en gana.
Pienso la tortura de los que trabajan en microcentro y se tiene que tomar el subte a las 8:15 todos los dias de su vida, realmente soy una muchacha con suerte.
Cuando lo pienso asi, en frio, me digo que no tengo derecho a quejas.
Están afinando el piano acá en el estudio, sin parar el mismo acorde, es como si fuera el goteo de una canilla mal cerrada, enloquecedor...de todas maneras, de repente una melodía sale e inunda toda la casa, de tortura china a placer.
Martín se compro un piano nuevo, es increíble la diferencia de sonido entre uno y el otro. Tranquilamente podría dar un concierto.
Vuelve el sonido monótono de las teclas....En fin, me la tendré que bancar estoicamente.
Los dejo con La Bibi....Que lo disfruten!
J
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