lunes, 2 de marzo de 2009

Para vos

Me miras, de cerca me miras,
cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope,
nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan,
se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran,
respirando confundidos,
las bocas se encuentran y luchan tibiamente,
mordiéndose con los labios,
apoyando apenas la lengua en los dientes,
jugando en sus recintos
donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.

Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo,
acariciar lentamente la profundidad de tu pelo
mientras nos besamos
como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces,
de movimientos vivos,
de fragancia oscura.

Y si nos mordemos el dolor es dulce,
y si nos ahogamos
en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento,
esa instantánea muerte es bella.

Y hay una sola saliva
y un solo sabor a fruta madura,
y yo te siento temblar contra mi
como una luna en el agua.

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