viernes, 14 de marzo de 2008
ANECDOTA DE UN SR. KIOSKO
Estoy atendiendo y la señora me pregunta “¿Vendes caramelos gomita?” y yo le señalo una bolsita llena de esas pelotudeces de colores, frutales.La señora no está conforme “No, yo digo “gomitas mentales” y a mi se me revoluciona el cerebro.El caudal de imágenes es un tsunami, “no señora, no tengo de menta, suelo tener de eucalipto pero MENTALES no” a la vez que pienso “si, tomá, acá tenés gomitas mentales, pero solo las ven las personas inteligentes” o “si, imaginate que te doy una bolsa con 28 kilos de gomitas mentales, son cuatrocientos dólares, podes pagarlo con dólares psíquicos” y así, la señora se fue hace más de una hora, son las tres de la mañana, y mi mente es un orgasmo constante, un libro comienza y termina en mi cabeza, sonrío, que la gente a las pajitas, por una cuestión de pudor les diga “sorbetes” “cañitas” etc. Ya no es anecdótico, que encima aparezcan los que no encajan en el perfil y me pidan “sorbeNtes para la gaseosa” tampoco, mi cabeza se llenó de gomitas mentales, y así sobrevivo a otro trasnochar de kiosco, levitando, entumecido de sonreír.“gomitas mentales, no lo puedo creer” pienso “no lo puedo creer”.
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