A veces desato mi tristeza
como una vela vieja en un barco varado.
Quizas he vivido demasiado tiempo entre antiguos libros y antifonarios.
Con un microscopio he buscado algo fantasticamente descabellado
con un telescopio he mirado lejos, muy lejos sin aproximarme a los astros.
A mi lado un anciano monje
hace girar su rosario entre los dedos aletargados.
Hay en su rostro una extraña quietud:
Acaso no ha pronunciado el nombre de dios en vano.
Yo, en cambio, he sido siempre mas pagano:
en una iglesia, en verona, he besado una madonna con tus rasgos.
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